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4 factores REVIERTEN tu ENVEJECIMIENTO


Todos queremos sentirnos sanos y rejuvenecer nuestro organismo para tener más energía, para funcionar mejor o simplemente para vivir más. Estudios recientes mostraron cómo podemos rejuvenecer nuestras células 30 años cambiando simplemente cuatro cosas. Lo primero que tenemos que entender si queremos rejuvenecer nuestro organismo es obviamente cómo envejece y que ese proceso de envejecimiento es la consecuencia de la ruptura de la comunicación en la célula. Nuestro ADN se expresa según la información que recibe de afuera, esto quiere decir que mi ADN, que mis genes no son necesariamente mi futuro, que no estoy destinado a lo que mi ADN determina y no por tener el gen para equis enfermedad vaya necesariamente a tener esa enfermedad. Lo que importa en sí no es el ADN (que no lo puedo cambiar) sino todo el sistema que lo controla y que parte de está información voy a expresar y qué parte no voy a expresar. El sistema que controla el ADN se llama epigenoma porque está por encima de nuestros genes, mientras más alteramos al epigenoma más vamos a envejecer y todas las cosas que asociamos a envejecimiento en realidad son consecuencia de la ruptura de estos mecanismos. Durante la vida de las células éstas expresan diferentes patrones de genes y no son iguales los genes que expresan al principio de su vida que los genes que expresan al final de la vida de las células, de hecho esta expresión hace fácil identifica si la célula es vieja o es joven. Las células más viejas tienen tan dañado su ADN que la parte final que normalmente las protege y que se llama telómeros se va perdiendo hasta que directamente se daña el ADN. A medida que se replica se va envejeciendo y cortando hasta el punto en donde dañas la verdadera información que se quiere proteger y es en ese momento cuando perdemos información de las células y ya envejecieron tanto que ni siquiera pueden cumplir su función. Por ejemplo: una célula muscular que no se puede contraer o lo mismo sucede con la producción de energía, cae la cantidad de energía que podemos producir a medida que las células van envejeciendo. Es por ello que envejecemos y esto a nivel celular le llamamos disfunción mitocondrial, que es básicamente que las fábricas de nuestras células de energía no estén funcionando como corresponde, no tenemos la energía o el combustible necesario y la expresión de los genes, los telómeros y la actividad de las mitocondrias se transforman a partir de ese momento en herramientas que nos permiten medir la edad biológica de nuestro cuerpo, de nuestras células y saber cuántos años realmente tiene biológicamente y no cronológicamente nuestro cuerpo. En 2011 estudios hechos en Francia tomaron un tipo de célula llamada fibroblastos de personas ancianas y de personas sanas de más de 100 años y lograron rejuvenecer a estas células pero no le quitaron un par de años, si no que las volvieron a transformar en células madre, en células pluripotenciales que se pueden transformar en cualquier otra cosa. Estamos hablando de tomar células viejas y rejuvenecerlas por completo con mitocondrias sanas que producen más energía, con telómeros más largos y con la expresión de estos genes típicos de la célula muy joven. Básicamente parecían células de una persona en desarrollo y no una persona de 100 años, pero los experimentos no terminaron allí porque la realidad es que por más que las células madres sean geniales nosotros necesitamos que esas células se transformen en parte de nuestros tejidos o sea realmente las células madres no sirven cuando luego no se pueden transformar en algo útil o en parte de nosotros y eso es efectivamente lo que hicieron. Tomaron estas células rejuvenecidas y las volvieron a transformar en esos mismos fibroblastos de los cuales habían partido pero ahora jóvenes e igual de fuertes y eficaces. Esta es la primera vez en la que se demostró que células de una persona muy anciana (participantes de más de 100 años) podían ser rejuvenecidas y transformadas en células funcionales pero jóvenes. La pregunta que todos nos hacemos es ¿Cómo se rejuvenece, cómo rejuvenecieron estas células? originalmente pensábamos que cambiar los genes que controlan nuestro envejecimiento era extremadamente complejo pero estábamos equivocados, en 2006 investigadores japoneses probaron que necesitamos cambiar solamente cuatro genes de una célula para rejuvenecerla, hoy a esos genes le llamamos factores de Yamanaka en honor a uno de sus descubridores y ganador del premio nobel en 2012, estos factores, estos genes son clave porque le permiten a una célula cambiar su comunicación y afectar a muchísimos procesos más. Básicamente le permite rejuvenecer, se expresan los genes que expresan las células jóvenes, producen más energía, funcionan mejor y mucho más, pero lo interesante es saber que cambiando cuatro factores podemos cambiar la edad de nuestras células y que en un futuro probablemente podamos usar tecnología derivada de esta información para vivir mejor de la misma manera que con estos cuatro genes lograron transformar fibroblastos (un tipo de células, en células madre pluripotenciales que podían transformarse en lo que fuese necesario después). ¿Podemos hacer esto adentro de nuestro cuerpo? es fácil aislar una célula en un laboratorio pero no en un ser vivo, donde las células que rejuvenecen dejan de cumplir su función. Imagínate células del músculo cardíaco dejando de contraerse para bombear sangre, el problema es que básicamente cada vez que transformamos una célula envejecida en células madre y las rejuvenecemos borramos su identidad, ya no es más una célula del músculo cardíaco ahora es una célula madre que no está bombeando ni contrayendo un músculo y entonces el equilibrio se encuentra en poder rejuvenecer lo suficiente nuestras células como para obtener esos beneficios, pero no tanto como para borrar su identidad. ¿Ese equilibrio se puede lograr? sí, por supuesto que si. Los estudios hasta ahora han mostrado que en ratones es posible usar estos factores para las células de manera parcial y los ratones que participaron en el experimento vivieron 50% más tiempo que los del grupo control y en 2020 el grupo del doctor Sinclair usó estos mismos mecanismos para devolverles la visión a ratones a los que habían cortado el nervio óptico. Básicamente un nervio cortado se reparó solo gracias a esta reprogramación y rejuvenecimiento celular e incluso recuperaron la visión ratones que la habían perdido por elevada presión intraocular. Así que la respuesta es si podemos revertir este reloj biológico en humanos usando el mismo proceso de rejuvenecimiento con estos factores pero debemos hacerlo de manera parcial para que las células no pierdan su identidad. Esto nos va a permitir lo mejor de los dos mundos, por un lado un efecto muy positivo en el rejuvenecimiento de la edad de las células y por el otro no perder la identidad y no tener que crear de nuevo una célula. Estudios de 2021 lograron hacer un rejuvenecimiento parcial de células con una edad biológica de 60 años y en 13 días se volvieron células de 25 años, con lo cual los resultados efectivamente son impresionantes. ¿Qué falta para poder aplicar este tipo de terapias en humanos? un vector, una manera de generar estos cambios en nuestras células en la cantidad correcta sin tener que sacarlas de nuestro cuerpo. Si bien falta para esto, este tema avanza a velocidades espectaculares. Quizá puedan decir: no me interesa vivir más, ni rejuvenecer o ¿Porqué debería importarme esta información a mí, porqué son útiles para la sociedad estos descubrimiento? pues incluso si nunca te interesó vivir más, la simple razón de que estos factores de Yamanaka afectan la comunicación entre todas nuestras células y al rejuvenecer la célula resetean estos mecanismos de comunicación hacen que se reparen fallas y se evitan mutaciones que contribuyen a desarrollar enfermedades como cáncer de mama, cáncer de próstata, diabetes, glioblastoma, cáncer de colon, de páncreas o incluso cáncer de hígado. Si reparamos o reducimos este daño en la comunicación celular también reducimos en gran medida el riesgo de padecer estas y otras enfermedades. Este proceso de rejuvenecimiento celular nos permite acercarnos mucho más a la capacidad regenerativa de los bebés o de los niños. Pensando en los recién nacidos, sabemos que su capacidad regenerativa les permite que si por un traumatismo perdieran parte de un dedo puedan de nuevo usar esta capacidad regenerativa, la cual desaparece con la edad y a los seis o siete años sólo hay relatos de casos de niños que vuelven a desarrollar la punta de un dedo luego de haberla perdido por un traumatismo. Lo que diferencia estas capacidades de regeneración de las de un adulto son las células madres, las células son capaces de transformarse en lo que sea, en el tejido que sea para reparar un daño. Conocemos la capacidad regenerativa de las células madre por eso hoy tenemos terapias que pueden rociar células madre en una quemadura importante para regenerar la piel casi sin dejar cicatrices. La utilidad de las células madre es clarísima y además si podemos rejuvenecer nuestras propias células para repararse a sí mismas en vez de tener que usar células madre aún mejor. Todos los estudios que vemos hoy sobre longevidad, el poder aumentar nuestra expectativa de vida no son cuestiones de vivir más años en malas condiciones, nadie quiere eso, tenemos que cambiar esa mentalidad y entender qué longevidad no es morir a los 100 años en vez de los 80 es haber disfrutado más de tu vida y tu salud, es tener la energía y la fuerza para hacer lo que quieras, es poder ver, poder escuchar, poder caminar y disfrutar de la vida hasta el día en el que te toca irte. Es cambiar nuestra identidad de ser viejo a ser longevo y mantener un propósito claro y estar abierto a nuevas ideas para que valga el esfuerzo que hacemos por nuestra salud.


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